La cena
Herman Koch
Traducción de Marta Arguilé Bernal
Salamandra
Barcelona
2010
¿Si la maldad es genética debemos disculparla y entenderla? Somos malos por naturaleza, el mal está en nosotros, por muchas leyes que hagamos y por mucha buena educación que recibamos, es inevitable, siempre termina saliendo. Sobreviven los depredadores, los que tienen la fuerza moral para sentir orgullo de lo que son y no evitar cambiarlo, los débiles se han apoderado del mundo con sus leyes. Una ley es antinatural, el "no matarás" nace de la necesidad de evitarlo, los Derechos Humanos para convencernos de que somos TODOS iguales. La civilización y la barbarie en lucha, siempre en lucha.
Dice Steven Pinker que el hombre es cada vez menos violento, que vivimos el periodo histórico con menos guerras y que eso se lo debemos, creí entenderle, a las palabras, a la educación. Parece que es un proceso lento el de dejar de ser violentos y también se incrusta en la genética. En la página 178 de La cena habla Paul del disfrute morboso que experimentamos con las catástrofes, accidentes mortales, peleas, etc... y como " todos hemos aprendido a decir que nos parece terrible, pero un mundo sin catástrofes ni violencia - ya sea natural o de carne y hueso - sí que sería insoportable".
La "escena" más interesante para mí se produce cuando Claire muestra sus argumentos, aquí el enfermo deja de ser Paul para convertirse ella en la enfermedad. Personifica Claire la pandemia de la maternidad, ese instinto incompatible con la civilización, en la que el vínculo materno protege al cachorro, sólo que parece antinatural que esa protección se alargue en el tiempo, Michel ya no es un cachorro. Es tal la pandemia que hay mujeres, también hombres como nuestro ministro de justicia, que creen que la mujer no se realiza sin ella, y es raro no encontrar mujeres que no expliquen místicamente esa experiencia, sin embargo, si fuera tan reveladora no existirían los infanticidios, práctica muy común en muchos países del mundo, también ejercida esta práctica bajo el auspicio de la ley natural. Creo que esa es la tesis fundamental del libro, como los padres son capaces de buscar razones que disculpen a sus cachorros de actos imperdonables, todo porque no pueden evitar seguir queriéndolos, porque sienten que son partes de ellos y no como lo que dicta la ley natural, uno más en la selva.
Creo que todos hemos sentidos, con hijos, parientes u otras personas, como se nos hiela la sangre al conocer otra versión del ser al que queremos, y a veces la sospecha de ese hecho es suficiente para hundirnos, porque comprobamos que todo no se cura con amor.
Magnolia Medina
Vierenes 16 de noviembre de 2012
La hoya del camello - La laguna
Asisten: Yolanda, Mª José, Alejandro, Domingo, Covadonga, Esther, Maive, Lourdes, Carolina, Alberto y yo.