Fernando Fernán-Gómez
Editorial Austral
Barcelona
2017 (escrita en 1977 y se estrena en 1982)
La guerra llegó silenciosa, al principio no cambió las costumbres ni movió las clases sociales, las criadas servían la sopa mientras se oían las metralletas en la calle. La guerra se acomodó, había que bajar las persianas y apagar las luces. Al final la guerra se instaló por unos largos 40 años y, a lo peor, todavía continúa. Don Luis, al final de la obra, dice que no ha llegado la paz, solo la victoria.
La guerra se convierte también en esperanza de cambio, el mundo puede ser mejor y los pequeños problemas (embarazo, prostitución, paro...) no son sino pequeñeces para un futuro en el que no habrá prejuicios y todo el mundo podrá vivir como quiera; incluso en el presente bélico la gente se casa y se divorcia siguiendo sus sentimientos, el amor libre. Pero con la victoria vuelve el mundo de las apariencias, se estrecha la mirada.
La guerra es el invierno, las bicicletas representan el juego y la libertad durante la infancia y la juventud, el verano de la vida. La República también fue una bicicleta dentro de la historia de España, un verano de alegría, una época de apertura que se rompió por una parte del ejército español ayudado por todos los fascistas europeos. La República se quedó sola ante la Guerra... y parece que la historia se repite en Ucrania.
Magnolia Medina Sánchez
Restaurante El pulpete - Santa Cruz de Tenerife
Viernes 22 de abril de 2022