Alejandro propone para estos días de frivolidad carnavalera el libro más vendido y recomendado del último año, El niño con el pijama de rayas de John Boyne en la editorial Salamandra. No es habitual en nuestras tertulias seguir la ruta comercial pero seguro que será toda una experiencia hablar de lo que hablan muchos otros lectores. Para ello nos veremos el día 15 de febrero, pasada la resaca de San Valentín, en alguno de los restaurantes de nuestra isla, ya concretará, el guía de esta tertulia, lugar y hora de encuentro. Mientras tanto, ¡leed malditos, leed!
sábado, 19 de enero de 2008
Adaptarse o morir
La piel fría
Albert Sánchez Piñol
Traducción de Claudia Ortego Sanmartín
Quinteto
Barcelona
2006
Esperaba encontrar una explicación antropológica a los fenómenos que el narrador nos cuenta porque en la contraportada leí que el autor tenía esta especialidad académica. Y me encuentro, ahora, en medio de una isla perdida en el océano de mis lecturas intentando buscar una relación para todas mis preguntas porque no sé por dónde caminar sin repetir las mismas influencias y confluencias que parecen ser tan obvias. Voy a empezar por lo básico, responderme a la pregunta que me hago siempre que termino un libro.
Sí, me gustó. No sé si porque la intriga me llevó hasta la última página o porque últimamente me atrapa el terror, sobre todo el psicológico. Le doy vueltas a la historia para buscar una ley que explique el argumento del mismo, y vuelvo una y otra vez sobre una única idea, y la llevo a mi vida y es entonces cuando me parece que se ajusta al tema que creo quería transmitir el autor. Todos somos novatos alguna vez en nuestras vidas y todos estamos de vuelta en algo, supervivientes que logran adaptarse a las condiciones extremas, un día somos el cazador y otros la presa. Siendo capaces de superar cualquier obstáculo, incluso la escasez de amor, necesidad que se descubre en el relato como primaria para los seres humanos. Es la ternura lo que mantiene al protagonista, en el final de la obra, en la isla. Busca a Triángulo porque, con la lucha del juego y la alegría, lo ha conquistado.
Levitamos entre la realidad y la ensoñación sin llegar a descubrir cuáles son los mecanismos que maneja la mente humana. Si el protagonista hubiera sido el único habitante de la isla creería que todo lo sucedido fue producto de la locura provocada por la soledad. Pero con el eterno Batís Caffó la cosa cambia, cuatro ojos no pueden ver las mismas alucinaciones, así la isla se convierte en la puerta que nos traslada a otra dimensión y que, a pesar de creer que ya está todo descubierto, pueden existir lugares remotos que albergan realidades desconocidas: “Pero el paisaje que un hombre ve, ojos afuera, acostumbra a ser el reflejo de lo que esconde, ojos adentro” (pag.26) El descubrimiento de lo extraño, del otro, por muy diferente que sea, no merece una cruzada sino el intento de comprenderlo y asimilarlo (creo que esta lectura la hemos visto todos), y así la inesperada realidad de la isla es también la inesperada naturaleza de la personalidad del oficial atmosférico, que poco a poco se transmuta en el pétreo Batís Caffó. “…cuando conocías a alguien en profundidad era imposible ejercer de juez” (pág. 38). “Siempre he creído que los destinos más dramáticos los escribe la ironía” (pag. 39), esto explica bien como podemos terminar convirtiéndonos en aquello que más detestamos.
El faro, la inestimable ayuda del antiguo navegante, metáfora de la salvación, se convierte en el infierno. El ex-guerrillero del IRA parece preferir la oscuridad a la luz, “porque saber la verdad no cambia la vida”.
Magnolia Medina
El tablón de la canela-Guamasa
Viernes 11 de Enero de 2008
Sí, me gustó. No sé si porque la intriga me llevó hasta la última página o porque últimamente me atrapa el terror, sobre todo el psicológico. Le doy vueltas a la historia para buscar una ley que explique el argumento del mismo, y vuelvo una y otra vez sobre una única idea, y la llevo a mi vida y es entonces cuando me parece que se ajusta al tema que creo quería transmitir el autor. Todos somos novatos alguna vez en nuestras vidas y todos estamos de vuelta en algo, supervivientes que logran adaptarse a las condiciones extremas, un día somos el cazador y otros la presa. Siendo capaces de superar cualquier obstáculo, incluso la escasez de amor, necesidad que se descubre en el relato como primaria para los seres humanos. Es la ternura lo que mantiene al protagonista, en el final de la obra, en la isla. Busca a Triángulo porque, con la lucha del juego y la alegría, lo ha conquistado.
Levitamos entre la realidad y la ensoñación sin llegar a descubrir cuáles son los mecanismos que maneja la mente humana. Si el protagonista hubiera sido el único habitante de la isla creería que todo lo sucedido fue producto de la locura provocada por la soledad. Pero con el eterno Batís Caffó la cosa cambia, cuatro ojos no pueden ver las mismas alucinaciones, así la isla se convierte en la puerta que nos traslada a otra dimensión y que, a pesar de creer que ya está todo descubierto, pueden existir lugares remotos que albergan realidades desconocidas: “Pero el paisaje que un hombre ve, ojos afuera, acostumbra a ser el reflejo de lo que esconde, ojos adentro” (pag.26) El descubrimiento de lo extraño, del otro, por muy diferente que sea, no merece una cruzada sino el intento de comprenderlo y asimilarlo (creo que esta lectura la hemos visto todos), y así la inesperada realidad de la isla es también la inesperada naturaleza de la personalidad del oficial atmosférico, que poco a poco se transmuta en el pétreo Batís Caffó. “…cuando conocías a alguien en profundidad era imposible ejercer de juez” (pág. 38). “Siempre he creído que los destinos más dramáticos los escribe la ironía” (pag. 39), esto explica bien como podemos terminar convirtiéndonos en aquello que más detestamos.
El faro, la inestimable ayuda del antiguo navegante, metáfora de la salvación, se convierte en el infierno. El ex-guerrillero del IRA parece preferir la oscuridad a la luz, “porque saber la verdad no cambia la vida”.
Magnolia Medina
El tablón de la canela-Guamasa
Viernes 11 de Enero de 2008
Asisten: Alberto, Alejandro, Ana Elba, Covadonga, Mª José, Maive, Nieves T. y Magnolia.
lunes, 7 de enero de 2008
La piel fría
Ya está todo preparado para el día 11. Maive ha intentado dejar en comentarios la información que faltaba sobre la tertulia pero, como ocurre a veces y yo no sé el porqué, no conseguía que se registrara, así que me ha enviado un correo en el que explica todo muy bien, por lo que lo copio tal cual.
"He entrado en el blog pero no consigo escribir un mensaje y enviarlo correctamente, así que te voy a pedir que "cuelgues" el lugar y hora de la próxima tertulia. Será a las 21.30 en el restaurante "El Tablón de la Canela". La dirección es Carretera General, de La Laguna a Tacoronte, Km 15,5 nº457. Guamasa. El teléfono del restaurante es 922 63 78 89. Hay que abandonar la autopista del norte en la salida de Guamasa, pasar el restaurante Mejicano (que quedará a mano derecha) y en seguida se llega al Tablón de la Canela (que encontraremos a mano derecha, en dirección Tacoronte, por la Carretera Vieja). Se puede entrar dentro con el coche porque hay bastante aparcamiento en la parte de atrás del restaurante. La puerta hace una especie de arco y uno no cree que se pueda entrar con el vehículo pero hay una especie de carril entrando a mano derecha. Se sigue con el coche por ahí y se llega a los aparcamientos. Si el primero está lleno hay otro más."
Maive.
3.01.2008
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