La piel fría
Albert Sánchez Piñol
Traducción de Claudia Ortego Sanmartín
Quinteto
Barcelona
2006
Esperaba encontrar una explicación antropológica a los fenómenos que el narrador nos cuenta porque en la contraportada leí que el autor tenía esta especialidad académica. Y me encuentro, ahora, en medio de una isla perdida en el océano de mis lecturas intentando buscar una relación para todas mis preguntas porque no sé por dónde caminar sin repetir las mismas influencias y confluencias que parecen ser tan obvias. Voy a empezar por lo básico, responderme a la pregunta que me hago siempre que termino un libro.
Sí, me gustó. No sé si porque la intriga me llevó hasta la última página o porque últimamente me atrapa el terror, sobre todo el psicológico. Le doy vueltas a la historia para buscar una ley que explique el argumento del mismo, y vuelvo una y otra vez sobre una única idea, y la llevo a mi vida y es entonces cuando me parece que se ajusta al tema que creo quería transmitir el autor. Todos somos novatos alguna vez en nuestras vidas y todos estamos de vuelta en algo, supervivientes que logran adaptarse a las condiciones extremas, un día somos el cazador y otros la presa. Siendo capaces de superar cualquier obstáculo, incluso la escasez de amor, necesidad que se descubre en el relato como primaria para los seres humanos. Es la ternura lo que mantiene al protagonista, en el final de la obra, en la isla. Busca a Triángulo porque, con la lucha del juego y la alegría, lo ha conquistado.
Levitamos entre la realidad y la ensoñación sin llegar a descubrir cuáles son los mecanismos que maneja la mente humana. Si el protagonista hubiera sido el único habitante de la isla creería que todo lo sucedido fue producto de la locura provocada por la soledad. Pero con el eterno Batís Caffó la cosa cambia, cuatro ojos no pueden ver las mismas alucinaciones, así la isla se convierte en la puerta que nos traslada a otra dimensión y que, a pesar de creer que ya está todo descubierto, pueden existir lugares remotos que albergan realidades desconocidas: “Pero el paisaje que un hombre ve, ojos afuera, acostumbra a ser el reflejo de lo que esconde, ojos adentro” (pag.26) El descubrimiento de lo extraño, del otro, por muy diferente que sea, no merece una cruzada sino el intento de comprenderlo y asimilarlo (creo que esta lectura la hemos visto todos), y así la inesperada realidad de la isla es también la inesperada naturaleza de la personalidad del oficial atmosférico, que poco a poco se transmuta en el pétreo Batís Caffó. “…cuando conocías a alguien en profundidad era imposible ejercer de juez” (pág. 38). “Siempre he creído que los destinos más dramáticos los escribe la ironía” (pag. 39), esto explica bien como podemos terminar convirtiéndonos en aquello que más detestamos.
El faro, la inestimable ayuda del antiguo navegante, metáfora de la salvación, se convierte en el infierno. El ex-guerrillero del IRA parece preferir la oscuridad a la luz, “porque saber la verdad no cambia la vida”.
Magnolia Medina
El tablón de la canela-Guamasa
Viernes 11 de Enero de 2008
Sí, me gustó. No sé si porque la intriga me llevó hasta la última página o porque últimamente me atrapa el terror, sobre todo el psicológico. Le doy vueltas a la historia para buscar una ley que explique el argumento del mismo, y vuelvo una y otra vez sobre una única idea, y la llevo a mi vida y es entonces cuando me parece que se ajusta al tema que creo quería transmitir el autor. Todos somos novatos alguna vez en nuestras vidas y todos estamos de vuelta en algo, supervivientes que logran adaptarse a las condiciones extremas, un día somos el cazador y otros la presa. Siendo capaces de superar cualquier obstáculo, incluso la escasez de amor, necesidad que se descubre en el relato como primaria para los seres humanos. Es la ternura lo que mantiene al protagonista, en el final de la obra, en la isla. Busca a Triángulo porque, con la lucha del juego y la alegría, lo ha conquistado.
Levitamos entre la realidad y la ensoñación sin llegar a descubrir cuáles son los mecanismos que maneja la mente humana. Si el protagonista hubiera sido el único habitante de la isla creería que todo lo sucedido fue producto de la locura provocada por la soledad. Pero con el eterno Batís Caffó la cosa cambia, cuatro ojos no pueden ver las mismas alucinaciones, así la isla se convierte en la puerta que nos traslada a otra dimensión y que, a pesar de creer que ya está todo descubierto, pueden existir lugares remotos que albergan realidades desconocidas: “Pero el paisaje que un hombre ve, ojos afuera, acostumbra a ser el reflejo de lo que esconde, ojos adentro” (pag.26) El descubrimiento de lo extraño, del otro, por muy diferente que sea, no merece una cruzada sino el intento de comprenderlo y asimilarlo (creo que esta lectura la hemos visto todos), y así la inesperada realidad de la isla es también la inesperada naturaleza de la personalidad del oficial atmosférico, que poco a poco se transmuta en el pétreo Batís Caffó. “…cuando conocías a alguien en profundidad era imposible ejercer de juez” (pág. 38). “Siempre he creído que los destinos más dramáticos los escribe la ironía” (pag. 39), esto explica bien como podemos terminar convirtiéndonos en aquello que más detestamos.
El faro, la inestimable ayuda del antiguo navegante, metáfora de la salvación, se convierte en el infierno. El ex-guerrillero del IRA parece preferir la oscuridad a la luz, “porque saber la verdad no cambia la vida”.
Magnolia Medina
El tablón de la canela-Guamasa
Viernes 11 de Enero de 2008
Asisten: Alberto, Alejandro, Ana Elba, Covadonga, Mª José, Maive, Nieves T. y Magnolia.
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