Tannöd, el lugar del crimen
Andrea Maria Schenkel
Traducción de Carles Andreu
Ediciones Destino – Colección Áncora y Delfín
Barcelona
2008
La novela negra se sacude las pulgas. No es que le haya costado mucho, siempre ha tenido nobles defensores y hace tiempo que este subgénero de la novela vive independiente y con la cabeza bien alta, sólo le falta un día del orgullo de la novela negra.
¿Qué le ha llevado al triunfo? Pues como siempre, la conjunción de varios elementos, entre ellos el de famosos héroes o, tal vez, antihéroes que buscan la verdad a pesar de que eso suponga pérdidas cuantiosas para ellos (fortuna, amor, posición, etc…), mientras desmigajan los vicios y defectos de la sociedad en la que deambulan.
En la novelita que hoy nos ocupa, la narradora que no sé por qué identifico con una mujer, vuelve al pueblo en el que había pasado un verano, después de leer la noticia de un horrendo crimen en un caserón del mismo. No es policía, no es periodista, suponemos que es escritora o por lo menos eso es lo que hará, llevar un “sumario” de las diferentes versiones de los acontecimientos.
Desde el principio sabemos lo que ha ocurrido, sin embargo la historia nos engancha con esos minuciosos detalles que va soltando poco a poco mientras nos avergonzamos al descubrir que no podemos dejar la novela por nuestra dichosa inclinación morbosa. Así, se produce un doble juego de psicología: la que vamos descubriendo sobre las miserias de la familia Danner, sobre todo las del progenitor y la necesidad del lector de fagocitar más detalles oscuros y escabrosos que estimulen la lectura.
El móvil del crimen, sin embargo, no es otro que la rabia y venganza de un ser ninguneado, engañado y al que se ha utilizado sin pensar en sus sentimientos. De repente salta la tapa y el agua hirviendo lo quema todo.
Señor, ten piedad de nosotros, la novela negra avanza desde el frío y nos traga sin piedad. Cristo, ten piedad de nosotros, el crimen como argumento redime del infierno, de la quema, a los malos libros y los transforma en best-seller y algunos superan la etiqueta. Señor, ten piedad de nosotros, y dale largos años a Andre Camilieri.
¿Qué le ha llevado al triunfo? Pues como siempre, la conjunción de varios elementos, entre ellos el de famosos héroes o, tal vez, antihéroes que buscan la verdad a pesar de que eso suponga pérdidas cuantiosas para ellos (fortuna, amor, posición, etc…), mientras desmigajan los vicios y defectos de la sociedad en la que deambulan.
En la novelita que hoy nos ocupa, la narradora que no sé por qué identifico con una mujer, vuelve al pueblo en el que había pasado un verano, después de leer la noticia de un horrendo crimen en un caserón del mismo. No es policía, no es periodista, suponemos que es escritora o por lo menos eso es lo que hará, llevar un “sumario” de las diferentes versiones de los acontecimientos.
Desde el principio sabemos lo que ha ocurrido, sin embargo la historia nos engancha con esos minuciosos detalles que va soltando poco a poco mientras nos avergonzamos al descubrir que no podemos dejar la novela por nuestra dichosa inclinación morbosa. Así, se produce un doble juego de psicología: la que vamos descubriendo sobre las miserias de la familia Danner, sobre todo las del progenitor y la necesidad del lector de fagocitar más detalles oscuros y escabrosos que estimulen la lectura.
El móvil del crimen, sin embargo, no es otro que la rabia y venganza de un ser ninguneado, engañado y al que se ha utilizado sin pensar en sus sentimientos. De repente salta la tapa y el agua hirviendo lo quema todo.
Señor, ten piedad de nosotros, la novela negra avanza desde el frío y nos traga sin piedad. Cristo, ten piedad de nosotros, el crimen como argumento redime del infierno, de la quema, a los malos libros y los transforma en best-seller y algunos superan la etiqueta. Señor, ten piedad de nosotros, y dale largos años a Andre Camilieri.
Magnolia Medina
Viernes 13 de Noviembre de 2009
Tasca El Aljibe - Guamasa
Asisten: Alberto, Domingo, José Antonio, Maive, Mª José, Rosi, Nieves, Esther, Yolanda y yo.
1 comentario:
Hola.
Soy Domingo.
Busqué alguna información sobre las dudas que surgieron en la tertulia.
En concreto sobre el Tratado de París de 1947 por el que se establecen las nuevas fronteras de Europa del Este, nuevas fronteras que pretender ser las fronteras anteriores a la II Guerra Mundial.
Por lo que se refiere a la hisrtoria de Lot es muy curiosa ya que se separa de su hermano para establecerse por su cuenta, mala suerte, en la llanura de Sodoma y Gomorra. Dios le avisa de que debido la licensiosa vida que se lleva ahí va a destruir las ciudades y se marcha con mujer y dos hija. La mujer, curiosa ella, mira para atrás y se queda convertida en estatua de sal. Las hijas lo emborrachan y se tienen hujos conél.
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