domingo, 11 de abril de 2010

Lo que se puede imaginar mientras leemos y ver después de leer.

El animal moribundo
Philip Roth.

Carolyn y sus 15 kilos de nuevo y monumental tamaño “en la base sustentadora de su esbelto torso. Dejé que me inspirase como si yo fuera el escultor Gaston Lachaise. Su ancha grupa y sus muslos macizos me hacían pensar en redondas balas de heno.” (Pg. 60).









El máximo de erotismo y comunión física sin transustanciación tenía que ser ejemplificado con una obra religiosa. “…con una rodilla inclinada hacia la otra, como el San Sebastián de Mantegna, la sangre corriéndole por los muslos mientras yo la miraba.” (Pg. 61).






De Consuelo, extraño, sólo tenemos “...esa hinchazón sedosa y viscosa es muy excitante, estimulante tanto para el tacto como para la vista. El secreto arrobadamente expuesto. Schiele habría bebido los vientos por pintarlo. Picasso lo habría convertido en una guitarra.” (Pg. 84). La guitarra te la puedes imaginar…..de Schiele ni idea hasta que encontré:

“Como un gran atleta o una obra de arte escultórico idealizada o un animal atisbado en el bosque, como Michael Jordan, como un Maillol, como un búho, como un lince, ella lo hacía mediante la sencillez del esplendor físico.” (Pg. 98 y 99). Así nos representa lo que provoca Consuelo sin lenguaje, sin astucia, sin sadismo, con su esplendor físico.



No encuentro ni pata de cordero ni chuleta pero sí es seguro que este es el cuadro, o fragmento del cuadro, de Stanley Spencer y su mujer que está en la Tate con toda la resignación melancólica de la carne moribunda que no se parece en nada a ni a un cordero ni a un cerdo vivo.

Domingo Valenciano

1 comentario:

pilar dijo...

Hola a tod@s de nuevo. Me alegró un montón vuestros mensajes y sí me apetece participar desde la distancia. Ojo¡ siempre que pueda...Un beso muy fuerte para tod@s . Por cierto me recupero estupendamente, voy todos los días al gimnasio y para el verano ya me podré presentar a los paraolímpicos. Je....