miércoles, 27 de junio de 2007



Sin noticias de Gurb
Eduardo Mendoza
Seix Barral
Barcelona
2006


DE BARCELONA AL INFINITO

17:05 Siempre me pasa igual, dejo todo para el último momento, y eso que hace una semana que terminé de leer el libro. Desde que llegué a este planeta (Magallanes), ya hace cinco años, no he recibido noticias de la nave nodriza (Consejería), por más que le envio papeles no hay manera de acercarme a mi destino, y eso que todavía no tengo uno. Recibo mensajes que me piden situación actual, pero no sirve de nada, después de enviar los datos, otra vez silencio interestelar. 16º con intervalos nubosos, viento del nordeste a este de flojo a moderado, el estado de la mar es de marejada y rizada en la costa del suroeste.
17:24 En este planeta (Educación) hay unos seres extraños y un alto porcentaje que padece desequilibrios emocionales. Dicen que el estrés del maestro o profesor (las dos formas sirven para designar a los seres con vida ¿inteligente? de este planeta, aunque hay algunos que se enfadan si los llamas maestro y te reprehenden y recuerdan que es un licenciado. Esto no lo entiendo mucho, la verdad, creo que la diferencia estriba en la cantidad de años que pasas en un lugar que llaman universidad); pues como iba diciendo, para estos seres el estrés se debe a que están mal pagados, aunque la verdad, desde que llegué supe que era la profesión con la que quería darme forma corpórea ya que es el gremio que goza de mayor cantidad de tiempo libre, pero parece ser que es insuficiente lo que cobran para lo peligroso que se ha vuelto el trabajo. La violencia en la escuela es una de las preocupaciones del momento, por eso mi vecina que vive sola con su hijo, ha decidido mandarlo a un colegio privado porque allí no van ni delincuentes ni inmigrantes.
17:50 Gurb acaba de aparecer transmutado en Antonia (mi madre) y me recrimina que estoy tardando mucho y que no nos va a dar tiempo de ir a La Laguna. Cierto. Así soy yo, no sé decir que no, porque quién me ha mandado a mi a liarme con estos comentarios para la tertulia. Como dice una amiga mía que conocí cuando llegué al planeta, eso me pasa por vanidosa. Yo podría hacer mi ficha de lectura y dejarme de estas lindeses pseudoliterarias con las que empalago al personal, pero oye, le he cogido gusto, y yo cuando le cojo gusto a algo…es lo que tiene este cuerpo que elegí.
18:10 A Eduardo Mendoza le encanta recorrer Barcelona en sus libros. Y a mí me encanta que le encante, porque por razones que no vienen al caso citar ahora, es la ciudad que más he visitado. La mención de la preciosa calle Petrixol me puso triste, el libro te saca una carcajada tras otra, sin embargo me vino a la memoria la excelente persona que nos llevó por primera vez a merendar a un legendario local de esa rua, famoso por sus chocolates y ensaimadas. Igual era él otro visitante del espacio exterior ya que no he conocido a nadie tan bondadoso como él.
18:15 Estos cuerpos son algo defectuosos, se ve que no pasaron las pruebas necesarias, a veces me salen unas gotitas por los ojos que tengo que limpiar rápidamente pues temo que provoquen algún cortocircuitos o algo por el estilo. Los guiños de humor de la narración precipitan la lectura pero están tan contextualizados los datos que utiliza que le restan universalidad, ya que futuros lectores o incluso lectores extranjeros actuales, seguramente necesitarían de un buen cuerpo crítico para entender los guiños. No le ocurre así a Wenceslao Fernández Florez en su mítico El malvado Carabel, porque aunque también hace un recorrido por la ciudad, en este caso Madrid, sus pinceladas de humor son más intergalácticas. Lo mismo ocurre con Mihura, Jardiel Poncela, o Tono, son los grandes de la vanguardia humorística, aquella que ha quedado sepultada por la seriedad de los acontecimientos políticos que los acompañaron, pero que abrieron a las letras españolas un camino que en la actualidad, para mí, está representado por el peruano Iwasaqui (Libro de mal amor y su última novela Helarte de amar). No es el libro que nos ocupa, en mi opinión, merecedor de tan alto mérito aunque sí su autor que comenzó su carrera por estas veredas. Claro que para amar la literatura humorística y no verla como simple entretenimiento, es necesario compartir la idea de Edgar Neville (otro de los grandes) de que “el humor es la manera de entenderse entre sí las personas civilizadas”.

Magnolia Medina
El sifón - S/C de Tenerife
Viernes 15 de Diciembre de 2006

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